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TRUJILLO Y LA VECINDAD DEL LOCO.

Por. Yuri Castro. Periodista

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Trujillo y la vecindad del loco

Por Yuri Castro
Periodista

El espectáculo que se vivió la tarde del jueves 28 de diciembre en la plaza de Armas de Trujillo es digno de una escena de la vecindad del Chavo, pero mal contada, al estilo del loco, como le gusta, donde todos terminan siguiéndole la comparsa. Al Chavo trujillano, quien ya nos tiene cansados con sus chistes mal contados, maestro de la improvisación, se le antojó arma su fiesta en el patio de la vecindad, desatando una situación más compleja e hilarante que cualquier capítulo del programa original.
El espectáculo debía superar las disputas cotidianas entre personajes como don Ramón, doña Florinda, Ñoño y el profesor Jirafales. La primera en oponerse a este despropósito fue doña Florinda, quien, enfundada en su mandil, declaró: “Ah, no, en el patio de mi Kiko no vas a bailar ni de a vainas”. Convocó inmediatamente a don Ramón y a Ñoño para detener el tumulto que se venía. Al llegar al patio, el Chavo, como acostumbra, lanzó una ráfaga de improperios y calificativos hacia don Ramón, a quien terminó invitando a su barril para conversar. La sorpresa fue mayúscula cuando, en lugar de un enfrentamiento, ambos terminaron riendo y abrazándose. Increíble, pero cierto. El Chavo grosero incluso coqueteó con don Ramón: «Te espero en la fiesta», le dijo antes de invitarlo a subir al estrado para recibir los aplausos de la vecindad.
Ñoño, siempre de pantalla, y el profesor Jirafales, ausente como siempre, prefirieron evitar la controversia. Mientras la vecindad se desangraba en caos, el profesor Jirafales se escondía en su oficina o escapaba a Lima para unas vacaciones. Pero la furia estaba en doña Florinda, incapaz de impedir que el Chavo armara su fiesta en el patio de su Kiko, incluso arriesgando perder la pelota de su adorado consentido.
Esta vecindad promete más episodios de caos y desorden. Lo único que queda es sugerir a doña Florinda que, fuera de la vecindad, hay conflictos mucho más serios, donde las balas y la sangre pueden correr en estos días festivos. Sería sabio que interpusiera sus buenos oficios. Además, existen lugares como prostíbulos, discotecas y bares que necesitan ser cerrados con la misma ferocidad con la que enfrenta al Chavo y su fiesta. La realidad supera a la ficción, y Trujillo se convierte en escenario de un show que nadie esperaba.

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